Un par de notas previas
Los virus plantean un problema dentro del mundo de la
microbiología: han de incluirse en las clasificaciones de los seres vivos?
Personalmente no lo consideramos adecuado porque no los
consideramos células: carecen de muchos de los atributos de las células, de los
cuales el más importante es que no son sistemas dinámicos abiertos. Una
partícula de virus aislada es una estructura estática totalmente estable e
incapaz de cambiar o de sustituir sus partes. Sólo cuando está asociado con su
célula huésped el virus adquiere algunos de los atributos de un sistema vivo.
Pero en realidad, si un virus debe o no considerarse un "ser
vivo" vivo, dependerá de cómo se defina la misma vida.
Se ha sugerido que los virus podrían ser organismos
originados en una etapa precelular de la evolución, puesto que su organización
es más sencilla incluso que la de las células.
La primera cristalización de un virus (el del mosaico del
tabaco) por Stanley en 1935 se consideró cargada de implicaciones filosóficas
debido a que tendía en apariencia un puente en la brecha abierta entre los seres
vivientes y los no vivientes. No obstante, la cristalinidad refleja sólo la
existencia de una uniformidad estructural y de una complementaridad de la
superficie de las partículas que conduce, en última instancia, a una agregación
ordenada. Más aún, los siguientes descubrimientos mostraron la existencia de una
relación especial e íntima, más bien que la presencia de una dependencia
nutricional, entre los virus y las células huéspedes: los virus, con su método
de multiplicación, dependen enteramente de la célula para desarrollar su
maquinaria biosintética, y algunos pueden llegar incluso a intercambiar genes
con la célula huésped. Por tanto, parece bastante posible que los virus que
conocemos hoy hayan evolucìonado a partir de la célula huésped y no a partir de
elementos precursores de las células.
A mediados del siglo pasado se habían realizado grandes
adelantos en la descripción, aislamiento y cultivo de bacterias patógenas, a las
que se había ido relacionando con enfermedades específicas. Se vió sin embargo,
que en muchas enfermedades indudablemente infecciosas no se aislaban bacterias
en las muestras estudiadas, y que, además, este material conservaba su poder
infectante después de atravesar los filtros para bacterias. Con el tiempo, estos
agentes recibieron el nombre de "virus filtrables" y más tarde, se les denominó
simplemente "virus" (en latín "veneno").
Los virus son agentes infecciosos demasiado pequeños para
ser observados con el microscopio óptico convencional (20 a 300 nm de diámetro).
Contienen como genoma sólo una clase de ácido nucleico (ARN o ADN) que se
encuentra encerrado en una cubierta proteínica, la cual puede estar rodeada por
una membrana que contiene lípidos. Toda la unidad infecciosa se denomina virión.
Los virus existen en dos estados. En el exterior de las
células donde se han formado los virus son simplemente partículas inertes
llamadas viriones, que poseen una composición, tamaño y forma regulares. Incluso
algunos virus pueden cristalizarse y se comportan, por tanto, como moléculas de
tamaño extremadamente grande. Sin embargo, cuando una partícula vírica o su
ácido nucleico consigue penetrar en la célula huésped específica, adopta una
clase de existencia diferente, la de un parásito intracelular: se replican sólo
en células vivas y su parasitismo es a nivel genético.
El ácido nucleico viral contiene la información necesaria
para programar a la célula infectada. Toma posesión y altera las actividades
normales de la célula huésped dirigiendo la parasitación bioquímica de la célula
al desviar sus enzimas y sus ribosomas, de sus papeles celulares normales, hacia
la manufactura de partículas virales nuevas (Replicación). Las proteínas de la
envoltura se ensamblan para construir la cápside, la cual encapsula y estabiliza
al ácido nucleico viral contra el medio extracelular y facilita la adhesión y
quizá la penetración del virus al ponerse en contacto con las nuevas células
sensibles. El resultado es que pueden surgir de docenas a centenares de
partículas de progenie vírica a partir de un virión que infectó a la célula
huésped.
La gama del huésped para un virus determinado puede ser
amplia o extraordinariamente limitada. Se sabe que los virus infectan
microorganismos unicelulares como micoplasma, bacterias y algas, y todas las
plantas y los animales superiores.
Mucha información acerca de las relaciones virus-huésped se
ha obtenido de los estudios con bacteriófagos, los virus que atacan a las
bacterias.
En resumen, los virus son parásitos intracelulares obligados que contienen ADN o ARN; utilizan los sistemas de síntesis de la célula huésped para la multiplicación de la partícula infectante, llamada virión.
En resumen, los virus son parásitos intracelulares obligados que contienen ADN o ARN; utilizan los sistemas de síntesis de la célula huésped para la multiplicación de la partícula infectante, llamada virión.
En resumen, los virus son parásitos intracelulares
obligados que contienen ADN o ARN; utilizan los sistemas de síntesis de la
célula huésped para la multiplicación de la partícula infectante, llamada
virión.
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