RELATO CORTO; EL BARCO

En la habitación del hotel, el baño era particularmente extraño. Cada azulejo tenía dibujado un barco. Todos eran distintos.
Colgué la toalla y me desvestí, dispuesto a darme una ducha.
Los pequeños jabones con forma de rosas me generaron una sensación de incomodidad. Me pregunté quién podría pensar que a todos debe gustarnos que las cosas no parezcan lo que son.
Cuando fui a abrir el agua caliente noté que no había grifos, ni roseta para la lluvia.
Sorprendido con esto, me apoyé en uno de los azulejos y el barco se movió, salpicándome con agua fría.
¡Asombroso! pensé. Qué sistema tan ingenioso.
Hice lo mismo con varios barcos buscando cuál salpicaría agua caliente, pero no lo encontré, y antes de darme cuenta resbalé en el piso mojado, cayendo contra los azulejos.
En ese momento entró canta agua que parecía que el baño se hundía en el océano.
Lo único que recuerdo fue los jabones flotando arriba de mi cabeza, convertidos en rosas funerarias.
Mi último pensamiento, antes de morir ahogado, fue que habría que ajusticiar a los decoradores excesivamente ingeniosos.

AUTOR; SINDARIN